Para la época en que comencé a dirigir coros (así es, en córdoba, uno primero comienza a dirigir coros, después se plantea estudiar dirección…), no había en mi ciudad carrera de dirección de ningún tipo
Tuve la fortuna de ser seleccionado para asistir a un curso muy renombrado de dirección coral, en un camping muy renombrado, c cargo de un maestro muy renombrado cuyo muy renombrado coro debíamos dirigir
Fue una tortura
Aún no entiendo cómo fui seleccionado (envié una grabación), pero era obvio que no estaba a la altura
La pasé bastante mal
regresé a córdoba con una idea muy intensa: tenía que buscar un maestro para tomar clases de dirección coral
Encontré a mi maestro, mi primer maestro de dirección, en Buenos Aires, y estudié con él, no tanto como hubiera querido
Al principio me sentía como un pescadito al que intentan enseñarle a respirar afuera del agua
Con el correr de las clases fui entendiendo
Y complementando mi formación con otros (muchos) cursos
Aunque siempre me pareció insuficiente, la formación que fui adquiriendo entre clases y cursos me fue dando alivio y seguridad en lo que hacía (y hago)
y si bien cada día siento que estoy ante un camino con demasiadas bifurcaciones, no dejo de alegrarme por haberlo elegido
Siempre digo que el conocimiento genera libertad, independencia
Clases particulares de canto, no videos, es lo que hay que tomar, cuando nunca estudiamos canto y queremos hacer vocalizar a un coro
Pero si ya tenemos alguna idea de técnica vocal, el complemento ideal para aprender a trabajarla con el coro son las 5 clases del Curso de Técnica vocal para el trabajo en el coro, de Federico López Gaviola, que comienza hoy
El arreglo de la semana es un quodlivet folklórico, “Las tres lunas tistecitas” del dúo Coplanacu
yo no le canto a la luna
porque alumbra y nada mas
le canto porque ella sabe
de mi largo caminar
La luna que alumbra mi pago
Brilla con mas esplendor
y en nochecitas templadas
oyendo vidalas alumbra mejor
Luna Santiagueña perdido en las cerrazones
no me dejes de alumbrar quien sabe viditay, por donde andare
voy en buscar de mi dueñamas cuando salga la luna
se que ella sueña con verme llegarcantare, cantare
Milagros que vive la zambaCon esperanza o con penas
Consuelo en la soledaden los campos de acheral
Y esta esta es la noche norteñayo he visto a la luna buena
luna santiagueña que alumbra y se vabesando el cañaveral
Mi zamba no tienes pesaressi en algo nos parecemos
Porque la luna le dioluna de la soledad
Nocturna luz de esperanzayo voy andando y cantando
que vuela y alcanza la gracia de Diosque es mi modo de alumbrar
Sangre del ceibal
que se vuelve flor:
yo no sé por qué
hoy me hiere más
tu señal de amor.
Zamba quiero oir
al atardecer:
capullo de luz,
que quiere ser sol
y no puede ser.
¡Ay, tristecita,
tristecita igual,
que es llovizna azul
murmurándole
al cañaveral!
El viento la trae,
se la lleva el sol:
sueño en el trigal
y sobre el sauzal,
lamento de amor.
Ya siento llegar
del cerro su voz:
pañuelo ha de ser
y lo he de prender
sobre el corazón
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